En la Región Metropolitana existen entre 30 a 40 días en los que se supera la norma.
Se acaba la restricción vehicular y con ello la idea de que Santiago ya no está cubierto de esmog. Sin embargo, como en toda temporada primavera-verano se cierne sobre la cuenca una amenaza ambiental: la contaminación por ozono troposférico, formada a partir del óxido de nitrógeno, Compuestos Orgánicos Volátiles (COV) y elevada presencia de radiación solar.
Aunque el jefe de Investigaciones de Desarrollo del Centro Nacional de Medio Ambiente (CENMA), Rodrigo Seguel, explica que tras las medidas del plan de descontaminación ha habido una reducción importante de las concentraciones de ozono desde 2005, asegura que Santiago se sigue viendo afectado por este nocivo agente que ya no sólo impacta a la capital. “Si antes había entre 60 a 80 días en los que se superaba la norma, a partir de 2005 la cifra se redujo a entre 30 a 40 días. Pero de acuerdo a los datos de la Red de Monitoreo Automática de Contaminantes Atmosféricos de la Región Metropolitana, conocida como MACAM, el ozono sigue siendo uno de los contaminantes que mantiene a la Región Metropolitana saturada”.
A eso se suma que la contaminación que se genera en la capital ahora “es capaz de traspasar la cuesta de Chacabuco y llegar hasta la localidad de Los Andes, pese a que está al otro lado del cordón montañoso”, explica el experto desmitificando las hipótesis iniciales que apuntaban a que la contaminación por ozono se expandía desde Las Condes hacia la cordillera.
Ésta es una de las conclusiones a las que ha podido llegar el CENMA a partir de una investigación que comenzó en 2009 y en la que se ha podido establecer que “el pasillo atmosférico que va desde Colina hasta Los Andes tiene concentraciones bastante más altas que las que existen en la estación de monitoreo del Parque O’Higgins”. Ello porque a diferencia de la contaminación por material particulado, que afecta en mayor medida al sector poniente de Santiago, el “ozono malo” perjudica más al sector oriente, específicamente a Las Condes y Lo Barnechea. Sin embargo, Seguel también asegura que Colina, Huechuraba, Colina, La Reina y La Florida reciben un mayor impacto por este tipo de contaminación, superando con creces los valores que se registran en otros puntos de la capital.
Un agente que no ha podido ser abatido.
El experto del CENMA afirma que urge concentrar los esfuerzos en controlar el ozono troposférico. “Hasta ahora el esfuerzo se ha puesto en regular el material particulado y en el nuevo Plan de Descontaminación Ambiental 2010 no se ve mayor énfasis en abatir este contaminante”, cuestiona Seguel. Critica que “no hay una legislación que apunte a disminuir los COV”, liberados por la quema de combustibles, y otros productos como disolventes y pinturas, por lo que propone que se regulen por medio de una normativa, tal como se hace en EE.UU., y que se introduzcan cambios en la industria por medio de alternativas tecnológicas más limpias.
Fuente: La Hora.cl
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